Suelos de piedra y materiales de construcción, como el cemento pulido, van a ser las estrellas sin ninguna duda. Nuevos revestimientos pétreos con relieves y texturas, pavimentos de resinas y cuarzo y especialmente el cemento protagonizarán los nuevos espacios.
La integración entre distintos ambientes, algo que procede de los famosos lofts, sigue al alza. Los espacios son cada vez más diáfanos y se puede integrar la cocina, el salón, el comedor… Y hasta el dormitorio. Los tabiques de separación van desapareciendo poco a poco, dejando lugar a muretes y barras.
El color estará presente con fuerza, tras unos años de paredes blancas y tendencias muy minimalistas. Pero en lugar de pintar todas las paredes, se reservará para algunas superficies destacables. Los colores se combinarán con paredes blancas, y entre los que vienen con más fuerza podemos destacar los fucsias, el metalizado-acero y el negro, todo un descubrimiento.