Las últimas ferias del mueble han puesto de manifiesto cuáles son las preferencias en materia de mobiliario. Dentro de la variedad de propuestas, dos son las que destacan por encima de las demás: el mueble moderno y el retro.
Las líneas maestras de las tendencias de decoraciónse mueven entre la funcionalidad del mobiliario de estilo moderno y el toque personal del “retro”, siendo la combinación de ambos una apuesta segura y muy acertada.
Los muebles modernos suelen ser de características sencillas en cuanto a su acabado (poca cantidad de líneas y esquinas), pero multifuncionales (pufs con gavetas, mesitas de café con extensiones, mesa de centro con espacios de almacenamiento…). Su material habitual son las maderas nobles y el lacado y los colores que predominan son el blanco, el gris, el café o negro. Encajan a la perfección con otra de las grandes inclinaciones del momento, la incorporación de los avances tecnológicos: los televisores LCD o plasma, los home theater, portarretratos digitales… Incluso, los más atrevidos pueden lanzarse a la incorporación de iluminación led en el mobiliario, una propuesta quizá demasiado futurista y con ciertos inconvenientes (incomodidad y efectos secundarios de la filtración de la luz).
El estilo retro, por su parte, hizo furor en la década de los 50 y 60 pero se ha mantenido como un elemento intrínseco de la decoración contemporánea. Se caracteriza por sus formas geométricas (círculos y rectángulos), en una combinación de colores chillones. Se usan las mezclas marrón-ocre, ocre-pastel o más llamativas como fucsia-verde lima. Pero su aportación más importante son algunos diseños de piezas emblemáticas (sillón Wassily, sillones Edwards, silla basculante Le Corbusier) que hoy están a nuestro alcance porque han sido reproducidos por diferentes marcas, pudiendo adquirirse a precios más asequibles.
Fuente: Guiamuebles.com
Foto: Muebles Amets
