Aprovecha la luz natural
Aprovecha la luz natural
Disfrutar de una casa luminosa hoy en día es posible gracias a la electricidad, pero si aún queremos aprovechar más la iluminación natural, se deben maximizar distintos aspectos para ganar luz en cada estancia y rincón de casa.
Como primer medida, resulta fundamental eliminar barreras y objetos que intercepten el paso de la luz del sol, la principal fuente de luz durante el día. Esto se consigue colocando ventanales más amplios o evitando cortinas con colores muy oscuros. También existe la posibilidad de colocar captadores de luz en las ventanas, que se comercializan en tiendas especializadas y en distintos tamaños. Estos elementos consiguen efectos luminosos más claros y eliminan los molestos reflejos de la luz directa.
“Resulta fundamental eliminar barreras y objetos que intercepten el paso de la luz del sol.”
Las persianas venecianas son otra bonita opción para captar la máxima luz solar posible, además de resguardarnos de incómodas miradas ajenas. Pinturas y alfombras para tener más luz en casa
La pintura de las paredes de casa juega su papel en esto de tener una casa más iluminada, es por ello que en caso de viviendas donde la luz del sol llega directamente, puede ser interesante utilizar pinturas de color mate o colores pálidos que no la reflejen, evitando los colores brillantes. Por el contrario, en viviendas poco iluminadas naturalmente, siempre es interesante jugar y probar varios tonos de color vivo y brillante, creando una sensación de luminosidad.
En cuanto a las alfombras, en espacios amplios y despejados como el centro del salón, la entrada, etc., si son de color blanco y están formadas por materiales como el algodón o la lana, ayudarán a crear un aspecto más iluminado. Cómo decorar el hogar para tener más luz “Colocar grandes espejos delante de las ventanas nos permite captar más luz y conseguir una sensación de amplitud.”
Los objetos decorativos del hogar también influyen en la iluminación general, y podremos jugar un poco con ellos para conseguir una casa más luminosa. Una buena idea podría ser colocar grandes espejos delante de las ventanas, de esta forma se capta más luz y se consigue una sensación de amplitud.
Otra forma de buscar contrastes de colores y crear una mayor sensación de claridad es utilizar jarrones de cristal o adornos de colores brillantes, y colocarlos en lugares oscuros de la casa. También se puede utilizar flores y plantas de colores blancos.
Recuerda que una vivienda más luminosa da sensación de nitidez y de espacio, algo que sin duda gusta tanto a huéspedes eventuales como a los propios habitantes del hogar.
Es el sueño de todo decorador: tener en sus manos una casa nueva o recién reformada y decorarla desde cero. Pero lo que para un profesional es un sueño, para nosotros puede resultar una pesadilla. No todo el mundo tiene claro de qué modo decorar su casa o cómo hacerlo realidad. Para hacerlo bien desde el principio conviene planificar las cosas y ser metódico. Fotocasa apunta algunos consejos básicos, que se resumen revisar el estado de la vivienda, ser conscientes del presupuesto que manejamos, elegir un estilo para nuestra casa y finalmente planificar el espacio. Pasar revista al estado de la casa Nueva o no, cualquier casa puede tener fallos o defectos en paredes, suelos o suministros. Lo primero que debemos hacer es revisar el estado de la pintura, los suelos, la carpintería y las instalaciones o equipos.
Si toca obra, hay que pensar en licencias, profesionales y subvenciones
Comprobar que no haya desconchados, rayadas, manchas en paredes y suelos. Que la caldera, los radiadores y otros equipos de climatización funcionen correctamente, si es necesario cambiar la instalación o en caso de que no exista, si hace falta ponerla. Decidir un presupuesto y no sobrepasarlo Conociendo ya el estado de la casa tenemos que cerrar nuestro presupuesto disponible para decorarla. Posiblemente surjan cosas nuevas a comprar, por lo que un margen del 10% sería recomendable. Si de entrada es evidente que no disponemos de mucho dinero, la opción puede ser ir poco a poco, priorizando espacios. Si vamos a hacer obras, debemos pensar en si necesitaremos licencias, si podremos realizar nosotros mismos las tareas o si necesitaremos la ayuda de un profesional. También podemos mirar si las reformas pueden estar subvencionadas por las administraciones. En el caso del mobiliario, deberemos mirar en aquellas tiendas que se ajusten, no sólo a nuestros gustos, también del dinero disponible. Además de cadenas de mobiliario y decoración de precios baratos, existe la opción del reciclaje de muebles propios o de segunda mano. Los textiles y otros complementos, los dejaremos para el final, una vez tengamos claro el presupuesto restante. Planificar el espacio Tomaremos medidas a cada estancia de la casa y con ese dato presente pensaremos a qué destinar cada espacio. Deberemos examinar factores como la iluminación, la amplitud, la temperatura, orientación o los ruidos: si el estudio deberá tener bastante luz; la habitación del bebé deberá estar cerca de la de los padres…
Mejor ser minimalistas, que ya habrá tiempo de añadir
Con la cifra de nuestro presupuesto presente, meditaremos la opción de realizar obras. Puede que nos convenga unir estancias quitando tabiques o, al contrario, separar espacios con obra o con elementos de la decoración. Para esta labor podemos recurrir al típico plano a escala o utilizar la multitud de planificadores que existen. A continuación, decidiremos qué muebles y complementos podremos colocar y dónde. Debemos ser conscientes de nuestras necesidades y de las posibilidades del espacio. En este sentido, mejor ser minimalistas, que ya habrá tiempo para añadir, si es que toca. Elegir nuestro estilo Minimalista, industrial, clásico, rústico, contemporáneo, retro, escandinavo, vintage, étnico, ecléctico… ¿Qué estilo podemos elegir? No queramos contentar a otros, nuestra casa no saldrá en las revistas, ni ser los más modernos. Lo fundamental es decidir cuál es lo que va más con nuestra personalidad. Después de todo, en ese espacio vamos a ver nosotros y por mucho tiempo. Podemos elegir un estilo para toda la casa y ser fiel a su espíritu en todas las estancias o también jugar, y dotar a distintos espacios de ligeros cambios o matices. Ligeros, porque si decidimos que cada cuarto tenga un estilo propio, el resultado, esa mezcla, puede acabar por «cortarse»