Hablar de tonos claros significa hablar de luz. Este elemento que alumbra e ilumina cualquier estancia gusta mucho a todas las personas que tengan sus casas como rincones donde poder relajarse sin ningún problema. A lo largo de toda nuestra carrera profesional, hemos tenido que vivir experiencias de diferentes tipos que nos han hecho darnos cuenta de que el mejor secreto para relajarse en casa es contar con un espacio y que transmita sensación de amplitud.

La cocina es uno de los espacios, al igual que el salón, que debe dejar pasar mucha luz natural para conseguir esa sensación de descanso que todos buscamos al abrir las puertas de nuestras casas. Pero si a esta luz le acompañan unos tonos claros, la cocina se convierte en el mejor rincón de la casa, con la que sorprenderás a todos los invitados. Tanto para estilos minimalistas, como para contemporáneos o rústicos, los tonos neutrales consiguen los mejores ambientes relajados y hogareños en la cocina.

Además, queda demostrado que es más difícil cansarse de los tonos claros porque crean ambientes relajados y agradables. No obstante, esto no significa que haya que renunciar al color; es más, los tonos neutrales pueden facilitar más las diferentes combinaciones. Por ejemplo, una mesa totalmente blanca transmite frescura, pero también viveza si la combinamos con un verde claro, o con la madera del suelo. Y es que la madera es una forma muy sencilla de conseguir un espacio relajado, si lo mezclamos con tonos claros.

Una gama de blancos permite poder resaltar otros elementos decorativos, como algún cuadro o utensilios que se quiera destacar. Si la cocina está decorada con estos tonos claros, cualquier objeto de color que se coloque resaltará ante lo demás, creando un ambiente armonioso, y tranquilizante.

Si sigues estos consejos el resultado que encontrarás será de un espacio luminoso que aprovecha al máximo también la luz natural. La unión entre luminosidad y tonos neutros es la combinación perfecta para conseguir una cocina amplia y relajante.