Aunque pueda parecer que en materia de muebles para el cuarto de baño o incluso en lavabos, las tendencias no varían mucho de una temporada a otra, sí que lo hacen. Y mucho. Y lo que hemos ido observando en las últimas semanas es que este año varias firmas están apostando por lavabos sencillos. Piezas de cerámica, en su mayoría rectas y angulosas —aunque hay excepciones— con muebles debajo. Pero muebles escuetos.
Se ha acabado eso de que las puertas de los bajolavabos lleguen hasta el suelo. La tendencia ha girado de manera evidente. La idea del mobiliario diseñado para colocar en los cuartos de baño es que dejen ver el suelo e incluso la pared. El resultado es más ligero, más adecuado para simular que el espacio es mayor de lo que es.
Otra idea que se repite en el mobiliario para baños para esta primavera-verano tiene que ver con los tiradores. Digamos que este accesorio ‘desaparece’ de armarios y cajones. Se convierten en invisibles, porque, sencillamente, se integran en el resto del mueble, produciendo una sensación más limpia, más liviana.
Estos conceptos se repiten en colecciones de diversas firmas de cuartos de baño. Se trata de un modelo de lavabo básico, con unas proporciones cuidadosamente equilibradas. Contrasta con un mueble de fuerte identidad creativa. Destaca por sus tiradores colocados de forma vertical, empotrados en el frontal, que forman un marcado contraste con las formas clásicas del conjunto.
La colección es un acierto por las múltiples posibilidades de combinación que ofrece el mueble. Con compartimiento abierto o cajones, encimeras, armarios así como espejos y muebles espejo con puertas dobles y elementos de estantería. De este modo, se adapta a las necesidades de cada cuarto de baño.
El lavabo plano se caracteriza por su asimetría, que evoca al agua en movimiento y da un aspecto rabisoamente moderno. El mueble, por su parte, presenta un tirador integrado —cómo no— con un diseño depurado y refinado. El resultado es sorprendente, más de un salón de baño que de un cuarto de baño al uso.
