El salón es la estancia de nuestro hogar en la que más tiempo solemos pasar. Por ello, tenemos que conseguir que los muebles que la ocupan, además de estar a nuestro gusto, sean cómodos y confortables, cualidades imprescindibles que buscamos en el sofá, la pieza fundamental del mobiliario de esta habitación.
Pero la comodidad no es lo único importante. También debemos valorar otros factores como la calidad de los materiales, la armonía con el resto de la decoración o el número de miembros que habitualmente harán uso del sofá ya que, si en casa somos muchos, lo mejor es conseguir que cada uno tenga su hueco.
Así, las grandes marcas ofrecen diseños modernos en los que el chaise-longue ha adquirido gran protagonismo, y que son válidos tanto para familias numerosas como para los que buscan disfrutar de un amplio sofá en el que pasar el tiempo libre.
Uno de los muebles básicos en cualquier casa es el sillón, puesto que suele ocupar un lugar central en el salón. A la hora de elegir las telas y tapicerías tenemos que tener en cuenta el color para combinarlo con el resto de textiles de la estancia y con los colores de las paredes. En este sentido, es bueno optar por tonos atemporales y darle el toque de distinción a través de los cojines.
Si tenemos mucho espacio será interesante optar por un sofá en forma de rinconera para rentabilizarlo o poner un par de sillones. En este apartado podemos optar por los grandes clásicos del diseño que siempre darán un toque de distinción a la estancia y la llenarán de personalidad.
Si contamos con espacio suficiente o queremos crear un rincón de lectura podemos hacernos con un sillón. En este aspecto el color debe combinar con el sofá para dar armonía y amplitud visual, o romper la monotonía cromática con esta pieza.
Los verdes intensos, los rojos y los negros encajarían en cualquier salón de estilo desenfadado y moderno. Uno de los grandes riesgos es el modelo en tono dorado que debería ser la pieza central de la estancia y combinarse con tejidos y muebles muy neutros para brillar con luz propia.
Lo mejor de este tipo de muebles es que su gran tamaño nos permitirá tumbarnos sin problemas o disfrutar de una película con amigos. Si en la casa hay niños, podemos optar por tapicerías de tela que son más fáciles de lavar y mucho menos delicadas.
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